11 de enero de 2013

Fútbol, o De la complejidad de lo banal

Alberto Luque

Jugadores del Real Madrid —entonces Madrid CF—
en mayo de 1937, antes de comenzar un partido de
homenaje a la 21ª Brigada Mixta, en Chamartín.
Los antiguos griegos despreciaron el trabajo manual. Era inevitable, tratándose de una sociedad esclavista: el trabajo muscular era plebeyo. No por otra cosa, como apuntaba Marx, ni siquiera ese gigante del pensamiento que fue Aristóteles pudo descubrir cuál es la verdadera naturaleza del valor (de cambio) de las mercancías, pues no es otra que el trabajo (medio y socialmente necesario) invertido en su fabricación: “Aristóteles no podía descifrar por sí mismo, analizando la forma del valor, el hecho de que en la forma de los valores de las mercancías todos los trabajos se expresan como trabajo humano igual, y por tanto como equivalentes, porque la sociedad griega estaba basada en el trabajo de los esclavos y tenía por tanto como base natural la desigualdad entre los hombres y sus fuerzas de trabajo.” (El capital, t. i [1867], lib. i, cap. i.)