12 de marzo de 2013

De la inteligencia (1)

Alberto Luque

Oímos y leemos muy a menudo que Twitter, o la televisión, o los videojuegos, &c. nos «entontecen». Aunque posiblemente nos sentimos inclinados a compartir semejante juicio al 90%, a veces no podemos evitar la natural reacción que consiste en preguntarnos si quien dice tales cosas no es él mismo un tonto del culo. Como mínimo deberíamos preguntarnos si, al hablar de la inteligencia y la estupidez, estamos seguros de comprender del mismo modo y claramente lo que esos conceptos significan. La mayoría de las personas conciben la inteligencia, más o menos vagamente, como un conjunto muy amplio y casi indefinido de habilidades cognitivas y psicomotrices, y esto es como si en realidad tuviésemos que usar un plural, y hablar de muchos tipos de inteligencia. Pero esto supone desestimar lo más genuino de este concepto, que es la capacidad de comprender, y que por tanto encierra todo su contenido en el saber —que tampoco es, de entrada, un concepto diáfano ni simple.