[Artículo originalmente publicado el 17 de octubre en La Lamentable (lamentable.org).]
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| Foto caricatunya.blogspot.com. |
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| Foto caricatunya.blogspot.com. |
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| Rosa, la cantante del grupo H de Ada. |
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| Ilustración de la revista satírica La Flaca (1870). |
No sé muy bien qué es verdaderamente la criminología. Mi interés en el asunto no ha sido tan grande como para leer algo más que a los clásicos de los siglos xviii y xix: Beccaria, Lombroso, Silvio, Garofalo, casualmente Vucetich… Respecto a la criminología más actual, mi conocimiento es fragmentario e indirecto, aunque bastante cumulativo: procede de la literatura y el cine, de la prensa cotidiana, de tratamientos marginales en estudios de más amplio espectro sociológico, y de algún que otro artículo sobre el particular. Además, ese interés personal y parcial en esa ciencia no se centra en el conocimiento pericial de sus técnicas, sino más bien en la estructura de sus categorías lógicas, como fuente de modelos argumentales, digamos.![]() |
| Gilles Deleuze como Lamennais en George qui? (Michèle Rosier, 1973). |
La paradoja de la tolerancia es bien conocida, aunque, como otras paradojas, quizá es poco y mal comprendida. Se parece a la paradoja del embustero o a la del escéptico radical. Estas paradojas tienen un sentido lógico-gramatical estricto, que es hasta cierto punto banal y sin verdaderas consecuencias reales, prácticas, como una simple broma. Pero al mismo tiempo tienen un sentido no literal, sino pragmático, real, social. En el primer sentido, de puro juego verbal, la paradoja del escéptico radical consiste en que afirma falsamente que debe dudarse de todo, pues entonces no puede dudarse de que hay que dudar de todo…